Manual de Comunicación para Madres con Trastorno Bipolar II en el Contexto de Separación Familiar
- Pedro Valencia Iribarren

- 4 oct 2024
- 9 Min. de lectura
Actualizado: 2 nov
Objetivo del Manual:
Este manual está diseñado para ayudar a una madre con trastorno bipolar II a establecer una comunicación efectiva y afectiva con sus hijos adolescentes (18 y 15 años), tomando en cuenta un contexto de separación en el que ha habido violencia intrafamiliar y alienación parental por parte del padre biológico.
Introducción al Trastorno Bipolar II
El trastorno bipolar II se caracteriza por episodios depresivos importantes y fases de hipomanía, que pueden influir en la forma en que una madre interactúa con sus hijos. Es esencial tener en cuenta el autocuidado y mantener una comunicación abierta y respetuosa, adaptada a las necesidades emocionales de los adolescentes.

Comprendiendo el Impacto de la Alienación Parental
La alienación parental ocurre cuando un progenitor manipula la relación entre los hijos y el otro progenitor, lo que puede generar desconfianza y resentimiento. En este contexto, es importante ser paciente y consciente del impacto que esto puede tener en las relaciones actuales con los hijos.
1. Principios Generales para la Comunicación con Adolescentes
Empatía y Escucha Activa: Los adolescentes en esta etapa necesitan sentirse escuchados y comprendidos. Para lograr esto, es fundamental que la madre se enfoque en la escucha activa, lo que implica hacer preguntas, validar las emociones de sus hijos, y evitar interrumpir.
Lenguaje No Violento: Mantener un lenguaje libre de acusaciones o críticas ayudará a reducir la tensión. Evitar frases como "tú siempre" o "nunca haces" y reemplazarlas por "me siento" o "me gustaría que...".
Estabilidad y Coherencia en la Comunicación: El trastorno bipolar puede generar variaciones en el estado de ánimo, pero es importante que los adolescentes sientan coherencia en los mensajes. Si hay algún cambio de humor, se recomienda tomar un momento antes de hablar y retomar la conversación en un estado de calma.
2. Estrategias de Comunicación en Situaciones Cotidianas
A. Colaboración en el Hogar
Uno de los puntos conflictivos puede ser la asignación de responsabilidades en casa. Aquí algunos consejos:
Establecer Reglas Claras: Las reglas deben ser claras, concisas y establecidas en conjunto con los hijos. En lugar de imponer, negociar con ellos las responsabilidades. Esto les hará sentir más implicados y respetados.
División de Tareas: Definir tareas que sean apropiadas para la edad de cada hijo. Es útil crear un calendario visible donde todos puedan ver sus responsabilidades.
Refuerzos Positivos: Reconocer y elogiar el cumplimiento de las responsabilidades, resaltando lo positivo, incluso cuando sea mínimo. "Gracias por lavar los platos hoy" puede ser más efectivo que resaltar lo que no se ha hecho.
Evitar Discusiones en Momentos de Crisis: Si sientes que te encuentras en un episodio de hipomanía o depresión, intenta posponer la conversación sobre las tareas para un momento más adecuado, cuando estés en un estado emocional más equilibrado.
B. Manejo de Conflictos
No Tomarlo Personalmente: Los adolescentes pueden expresar frustración de maneras desafiantes. Mantener la calma es clave. La práctica de técnicas de respiración o mindfulness puede ayudar a reducir las respuestas emocionales automáticas.
Validar Emociones: Frases como "entiendo que estás molesto/a" o "sé que esto te afecta" pueden desarmar la tensión y abrir un espacio para el diálogo.
Establecer Límites Claros: Es importante que haya límites sobre comportamientos inaceptables, pero deben ser coherentes y justos. Evitar imponer consecuencias de manera impulsiva, especialmente si estás atravesando un episodio hipomaníaco.
C. Promover la Confianza y Apoyo Emocional
Abrir Espacios de Diálogo: Reservar momentos para hablar sobre sus sentimientos y preocupaciones, sin juzgar o dar soluciones inmediatas. Preguntas abiertas como "¿Cómo te has sentido últimamente?" pueden ser útiles.
Transparencia en los Desafíos: Explicar, de manera adecuada a su edad, los desafíos que puede implicar el trastorno bipolar. Esto puede ayudarles a comprender mejor las variaciones en el comportamiento de la madre y a no atribuirlos erróneamente a desinterés o rechazo.
Autocuidado y Modelaje: Modelar hábitos de autocuidado, como dormir adecuadamente, hacer ejercicio y llevar una dieta balanceada, demostrará a los hijos la importancia de cuidar la salud mental.
3. Superar los Efectos de la Alienación Parental
Construir una Relación Basada en la Confianza: La alienación parental puede generar resentimiento y distancia, por lo que es crucial tener un enfoque paciente y amoroso, sin forzar una reconciliación inmediata.
Evitar Hablar Mal del Padre: Aunque la otra parte haya ejercido violencia o alienación, es importante evitar desacreditar al padre delante de los hijos, ya que esto puede aumentar la confusión y el resentimiento.
Tiempo de Calidad: Crear nuevas experiencias positivas con los hijos es una forma efectiva de reestablecer lazos. Pequeñas actividades como cocinar juntos, pasear, o ver una película pueden ayudar a fortalecer la relación.
4. Autocuidado para la Madre: Mantenerse Equilibrada
El bienestar emocional de la madre es clave para una comunicación eficaz. Aquí algunos consejos:
Reconocer y Aceptar los Episodios de Bipolaridad: Es importante no culparse por los momentos difíciles. Buscar apoyo profesional y grupos de apoyo puede ser una forma efectiva de manejar el trastorno.
Terapia Individual y Familiar: Las sesiones de terapia pueden ayudar a la madre a obtener herramientas adicionales para mejorar su comunicación y a los hijos a procesar sus propias emociones y experiencias.
Medicamentos y Rutinas: Mantener un tratamiento psiquiátrico adecuado (si lo hay) y establecer rutinas predecibles puede ayudar a mantener la estabilidad emocional necesaria para una buena comunicación.
2. Estrategias de Comunicación en Situaciones Cotidianas
A. Colaboración en el Hogar
La colaboración en el hogar puede convertirse en un área de conflicto si no se gestiona adecuadamente. Para mejorar esta dinámica, es esencial adoptar enfoques que promuevan la participación y el sentido de responsabilidad en los hijos, sin que parezca una imposición.
A continuación, algunas estrategias ampliadas:
Comunicación Colaborativa: En lugar de imponer las tareas del hogar, busca acuerdos en conjunto. Si los hijos sienten que tienen voz en las decisiones, serán más propensos a cumplir con sus responsabilidades. Puedes decir algo como: “¿Cómo crees que podemos organizar las tareas de la casa para que todos tengamos tiempo para descansar?”. Esto invita a los hijos a participar en la toma de decisiones y a responsabilizarse por su parte.
Negociación de Tareas: A los 15 y 18 años, los adolescentes están desarrollando una mayor independencia, por lo que es importante permitirles cierta flexibilidad para elegir las tareas que prefieren hacer. Por ejemplo, podrías ofrecer opciones como: “¿Prefieres lavar los platos o sacar la basura?”. Este enfoque fomenta un sentido de autonomía y responsabilidad, al tiempo que asegura que las tareas se realicen.
Uso de Técnicas Visuales: Para facilitar el seguimiento de las tareas, se puede usar un tablero o un calendario familiar donde se asignen responsabilidades. Esto evita tener que recordar continuamente lo que se debe hacer y reduce la posibilidad de conflicto. Un calendario visual también ayuda a los hijos a organizar mejor su tiempo y a planificar alrededor de sus compromisos personales.
Reforzamiento Positivo: Aunque es común señalar lo que no se ha hecho, es mucho más efectivo reforzar lo positivo. El refuerzo positivo puede ser verbal o material, pero lo más importante es que sea inmediato. Puedes decir: “Aprecio mucho que hayas limpiado tu habitación sin que te lo pidiera” o premiar con una actividad en familia, como ver una película juntos o salir a cenar. Esto crea un ciclo de motivación positiva, donde los hijos se sienten valorados por sus esfuerzos.
Técnica de la Comunicación No Violenta (CNV): La CNV se basa en cuatro pasos: observar sin juzgar, expresar sentimientos, identificar necesidades y formular peticiones claras. En lugar de decir “Nunca ayudas en la casa”, podrías decir: “Cuando no ayudas con los quehaceres, me siento abrumada porque necesito apoyo. ¿Podrías encargarte de tu parte hoy?”. Esta técnica permite expresar necesidades sin culpar, lo que reduce la resistencia en los adolescentes.
B. Manejo de Conflictos
En el manejo de conflictos, es crucial que las interacciones sean respetuosas y que se promueva la resolución pacífica. Los adolescentes, debido a su desarrollo emocional y las tensiones que enfrentan, pueden reaccionar de manera desproporcionada a ciertas situaciones, por lo que es importante mantener el control emocional y establecer un ambiente seguro para la discusión.
Control Emocional en Momentos de Crisis: En situaciones de conflicto, especialmente cuando estás lidiando con síntomas del trastorno bipolar, como la irritabilidad, es esencial posponer las discusiones hasta que te sientas emocionalmente equilibrada. Puedes decir algo como: “Ahora mismo no estoy en un lugar emocional adecuado para hablar de esto, pero lo discutiremos más tarde”. Esto da un ejemplo positivo de manejo emocional y evita que el conflicto escale.
Resolver Problemas en Etapas: Cuando surgen conflictos complejos, divídelos en partes más manejables. Si la discusión es sobre varios temas (como el respeto de las reglas de la casa y la falta de comunicación), elige primero un aspecto para abordar, como las tareas del hogar. Esto ayuda a mantener el enfoque y evita que la conversación se desvíe hacia otros temas no relacionados, lo que puede aumentar la tensión.
Fomentar la Resolución de Conflictos con la Técnica "Ganar-Ganar": La idea es que ambas partes obtengan un resultado favorable. Por ejemplo, si tu hijo adolescente no quiere hacer una tarea porque tiene compromisos académicos, pueden negociar para que la haga en otro momento que le acomode mejor, sin dejar de cumplir con sus responsabilidades. La frase podría ser: “Entiendo que hoy tienes un examen y estás ocupado, pero ¿qué tal si haces la tarea después de cenar?”.
Desescalar las Situaciones con Asertividad: La asertividad implica expresar tus necesidades y sentimientos sin ser pasiva ni agresiva. En momentos de tensión, puedes decir: “Necesito que me hables con respeto si quieres que sigamos conversando”. Esta afirmación clara establece un límite sin caer en confrontación directa.
C. Promover la Confianza y Apoyo Emocional
Establecer una relación de confianza con hijos adolescentes, especialmente en un contexto de alienación parental y antecedentes de violencia familiar, es un desafío, pero con paciencia y consistencia, es posible reconstruir esos lazos. A continuación, se describen estrategias ampliadas para fomentar un ambiente emocional seguro y abierto.
Abrir Espacios de Diálogo Regularmente: Además de las conversaciones diarias sobre actividades cotidianas, es importante crear momentos designados para hablar de temas emocionales y personales. Puede ser una rutina semanal, donde cada miembro de la familia tenga la oportunidad de expresar cómo se siente, cómo han sido sus días y si tienen preocupaciones. Esto podría ser durante la cena o una caminata juntos. Lo importante es que los hijos sepan que tienen un espacio seguro para hablar sin ser juzgados.
Validar Emociones en Todo Momento: Cuando los adolescentes expresan emociones intensas, en lugar de corregir o minimizar sus sentimientos, valida lo que están experimentando. Por ejemplo, si un hijo dice: “No quiero hablar contigo”, puedes responder: “Parece que estás enojado o herido, y está bien que te sientas así. Estoy aquí cuando estés listo para hablar”. Validar sus emociones no significa estar de acuerdo con sus comportamientos, sino reconocer su experiencia emocional.
Transparencia Sobre el Trastorno Bipolar: Una estrategia clave es hablar abiertamente sobre el trastorno bipolar en un lenguaje que sea apropiado para su edad. Explicar cómo el trastorno puede influir en tu estado de ánimo ayuda a los hijos a entender que ciertos cambios no están bajo tu control, lo que puede disminuir el resentimiento o la confusión. Puedes decir algo como: “Hay días en los que me siento muy cansada o irritable, y sé que esto puede ser difícil para ti. Estoy trabajando en ello, y quiero que sepas que esto no es culpa tuya”.
Ofrecer Apoyo Emocional Constante: Incluso cuando parece que los hijos no quieren tu apoyo, sigue ofreciéndolo de manera suave y sin presionar. Puedes dejar notas de ánimo o hacer pequeños gestos como preparar su comida favorita cuando están pasando por un mal día. Estos actos de cariño demuestran que, a pesar de las dificultades, siempre estarás allí para ellos.
Modelar el Manejo Emocional Saludable: Los hijos aprenden mucho observando a sus padres. Si muestras maneras saludables de gestionar el estrés, como hablar sobre tus emociones, hacer ejercicio o practicar la meditación, les estarás enseñando indirectamente cómo manejar sus propias emociones. Además, ver que te cuidas también les da la confianza de que estás manejando tu bienestar emocional, lo que les da una mayor sensación de seguridad.
Fomentar el Espacio Individual: A medida que los adolescentes crecen, es natural que busquen más independencia. Fomentar y respetar su necesidad de espacio personal es fundamental para su desarrollo emocional y mental. Si un hijo no quiere hablar de un tema en un momento dado, respeta esa decisión, pero asegúrales que pueden recurrir a ti cuando lo necesiten. La frase “Sé que ahora no quieres hablar, pero cuando estés listo, estaré aquí para escucharte” es una forma efectiva de ofrecer apoyo sin invadir su espacio.
5. Bibliografía Recomendada
"The Bipolar Disorder Survival Guide" de David J. Miklowitz. Este libro ofrece estrategias prácticas para las personas con trastorno bipolar y sus familias, incluyendo técnicas de comunicación.
"Co-Parenting with a Toxic Ex" de Amy J.L. Baker y Paul R. Fine. Una guía sobre cómo manejar la alienación parental y proteger a los hijos de la manipulación emocional en el contexto de una separación.
"Parenting a Teen Who Has Intense Emotions" de Pat Harvey y Jeanine Penzo. Este libro ayuda a los padres a manejar la comunicación y la relación con adolescentes que pueden estar lidiando con sus propias emociones intensas.
"No Drama Discipline" de Daniel J. Siegel y Tina Payne Bryson. Este libro se enfoca en la disciplina desde una perspectiva empática, ideal para mejorar la relación y la comunicación con los hijos adolescentes.


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