"Amor Perdido y Manipulación a Través de los Hijos: Un Análisis Psicológico de la Extinción y Esperanza en las Relaciones de Pareja"
- Pedro Valencia Iribarren

- 24 nov 2024
- 5 Min. de lectura
Actualizado: 2 nov
Introducción
Las rupturas amorosas, especialmente en parejas con hijos, son experiencias complejas y emocionalmente desgastantes. En ocasiones, el miembro rechazado puede aferrarse a la idea de recuperar la relación, utilizando la conexión con los hijos para mantener un vínculo con su expareja. Este fenómeno responde a factores psicológicos como la dependencia emocional, el apego inseguro y el replanteamiento de la identidad. Desde una perspectiva neuropsicológica, el cerebro y los pensamientos juegan un rol fundamental en mantener viva la esperanza de recuperar la relación, a menudo reforzando esta ilusión a través de procesos neuroquímicos y cognitivos.

Razones Psicológicas de una Ruptura Amorosa
Las razones que motivan a una persona a terminar una relación suelen ser complejas. Además de los motivos tradicionales, como el desgaste emocional y los conflictos, también puede existir un replanteamiento de la orientación sexual, lo cual conlleva desafíos únicos.
1. Desgaste Emocional y Comunicación Deteriorada: Los conflictos no resueltos y la falta de comunicación efectiva contribuyen al desgaste emocional, generando frustración y resentimiento que se acumulan en el tiempo (Gottman, 1999).
2. Replanteamiento de la Orientación Sexual: En algunos casos, el descubrimiento de una orientación sexual diferente puede llevar a la persona a cuestionarse la relación. Esta autoexploración puede ser confusa y dolorosa, pero es fundamental para la autenticidad y el bienestar personal (Diamond, 2009).
3. Dependencia Emocional y Apego Inseguro: En relaciones de dependencia emocional, el miembro rechazado puede sentir una profunda incapacidad de enfrentar la vida sin su pareja, a menudo apoyado en patrones de apego inseguro (Bowlby, 1980). Esta dependencia puede mantener viva la esperanza de reconquistar a la ex pareja, aunque la relación ya no sea funcional.
El Rol del Cerebro en Mantener la Esperanza de Recuperar la Relación
La esperanza de recuperar una relación perdida puede estar profundamente influenciada por los procesos que ocurren en el cerebro. La neuroquímica y ciertos patrones de pensamiento recurrentes pueden generar una “adicción” emocional a la ex pareja, haciendo que la persona rechazada se aferre a la idea de reconciliación.
1. La Química del Amor y la Dopamina: Durante una relación amorosa, el cerebro segrega dopamina, una hormona que genera placer y recompensa, lo que hace que se asocie a la pareja con sentimientos positivos. Tras una ruptura, la ausencia de esta recompensa dopaminérgica puede hacer que el cerebro busque formas de restablecer la relación para volver a experimentar esa sensación de bienestar. En este sentido, el cerebro se comporta de manera similar a como lo haría con una adicción (Fisher, 2004).
2. Recuerdos y Circuitos de Recompensa: El cerebro humano tiene una tendencia natural a idealizar el pasado, especialmente en momentos de pérdida. Esto ocurre porque el hipocampo, encargado de la memoria, almacena recuerdos significativos que refuerzan la idea de “lo bueno” de la relación, mientras que minimiza los aspectos negativos (Kross et al., 2011). Al recordar momentos felices con la ex pareja, el cerebro activa los circuitos de recompensa, creando una sensación temporal de satisfacción que refuerza la esperanza de reconciliación.
3. Pensamiento Rumiativo y Sesgo de Confirmación: Tras una ruptura, el pensamiento rumiativo —la tendencia a pensar constantemente en la relación y sus aspectos dolorosos— se activa como una forma de procesar el dolor. Este patrón de pensamiento, junto con el sesgo de confirmación, hace que la persona busque e interprete signos que sugieren que la relación aún podría tener futuro, aun cuando la otra persona no muestre interés en volver. Este pensamiento rumiativo incrementa el estrés y puede llevar a conductas impulsivas o manipuladoras para intentar restaurar la relación (Nolen-Hoeksema et al., 2008).
4. La Oxitocina y la Vinculación: La oxitocina, conocida como la "hormona del apego", fortalece el vínculo emocional entre las personas, especialmente en relaciones de larga duración. Durante el proceso de separación, el cerebro experimenta una disminución de oxitocina, lo que genera un fuerte sentimiento de pérdida. Esto puede motivar a la persona a intentar restaurar la relación para recuperar la estabilidad emocional que la oxitocina brindaba en la pareja (Young et al., 2001).
Uso de los Hijos como Herramienta para "Recuperar" a la Pareja
Cuando uno de los miembros de la pareja no acepta la ruptura, es frecuente que use a los hijos como intermediarios o como una forma de conectar con la expareja. Esta estrategia refleja la lucha del cerebro por restablecer el vínculo emocional, y responde a impulsos derivados de la negación, la rumiación y la idealización del pasado.
Recomendaciones para Superar la Pérdida de la Relación
Para quienes experimentan dificultades al aceptar la ruptura, las siguientes recomendaciones pueden facilitar el proceso de superación:
1. Buscar Apoyo Terapéutico: La terapia permite abordar el apego y la dependencia emocional en un espacio seguro. Un enfoque en terapia cognitivo-conductual puede ayudar a identificar y modificar patrones de pensamiento rumiativo, promoviendo la aceptación de la ruptura y el establecimiento de una nueva identidad.
2. Desarrollar Conciencia sobre la Neuroquímica del Amor: Comprender que los sentimientos de pérdida están asociados con cambios químicos en el cerebro puede ayudar a afrontar el dolor. Aceptar que estas sensaciones son temporales y que el cerebro eventualmente restablecerá el equilibrio puede aliviar la sensación de desesperanza.
3. Fomentar una Actitud de Autocuidado y Redefinir la Identidad: Fortalecer la identidad personal fuera de la relación ayuda a reducir la dependencia emocional. Actividades que generen satisfacción personal y promuevan el autocuidado, como el ejercicio, los hobbies y el fortalecimiento de otras relaciones, pueden aliviar la necesidad de volver a una relación pasada.
4. Reformular los Recuerdos Negativos y Positivos: Evitar la idealización y recordar con objetividad las razones que llevaron a la ruptura es crucial para no perpetuar la esperanza de reconciliación. Llevar un diario de pensamientos puede ayudar a procesar el dolor y a recordar los motivos de la ruptura desde una perspectiva objetiva.
5. Evitar el Uso de los Hijos como Mediadores: Los hijos no deben ser utilizados para manipular o intentar restablecer la relación. La relación con los hijos debe enfocarse en su bienestar emocional, lo cual implica asumir un rol parental respetuoso y separado de los conflictos propios de la relación.
Conclusión
La manipulación a través de los hijos es una estrategia que a menudo emerge cuando uno de los miembros de la pareja no supera la ruptura. La neuroquímica y los patrones de pensamiento asociados al amor pueden jugar un rol importante en mantener viva la esperanza de una reconciliación, pero prolongan el proceso de duelo y complican la relación de coparentalidad. Para quienes luchan con la pérdida, la terapia y el autocuidado son elementos clave para afrontar la separación de manera saludable y proteger el bienestar emocional de los hijos.
Bibliografía
Bowlby, J. (1980). La teoría del apego y el desarrollo de la personalidad. Ediciones Paidós.
Diamond, L. M. (2009). Sexual Fluidity: Understanding Women’s Love and Desire. Harvard University Press.
Fisher, H. (2004). Why we love: The nature and chemistry of romantic love. Henry Holt and Company.
Gottman, J. M. (1999). La relación conyugal: su dinámica y su ruptura. Paidós.
Kross, E., et al. (2011). "Social rejection shares somatosensory representations with physical pain." Proceedings of the National Academy of Sciences, 108(15), 6270–6275.
Nolen-Hoeksema, S., et al. (2008). "Rethinking Rumination." Perspectives on Psychological Science, 3(5), 400–424.
Young, L. J., et al. (2001). "Neurobiology of Pair Bonding." Science, 293(5536), 2392-2396.




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